no tendré tu presencia junto a mí,
pero, sí, tu recuerdo estará siempre.
Y, cuando den las doce campanadas
y comience el renglón de un nuevo año,
-seré fiel a la cita
pactada de antemano-
correré hacia el balcón
y brindaré por él,
por ti y por mí.
Levantando mi copa al infinito
invitaré a beber a las estrellas
y gritaré: te quiero, una y mil veces.
Huirán soledades
y morirá la ausencia
al tener la certeza
de que tu corazón está conmigo.
Carmen Aguirre
Publicado en Mosaico Literario V
22 de Mayo de 2002
2 comentarios:
¡por esa copa al infinito! felicidades paisana por estos versos. Muchos besos, AdelA
Gracias Adela, por tu comentario.
Este próximo fin de año, levantaré mi copa al infinito y también brindaré por ti.
Besos grandes
Carmen
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