miércoles, 24 de octubre de 2007

A MELILLA DESDE EL CORAZÓN

I

Yo no me canso nunca de mirarte,
Melilla: la andaluza y la moruna,
donde las olas con vaivén de cuna
mecen sueños de amores al besarte.

Fue sólo verte y en el alma grabarte,
aquí llegué y aquí encontré mi luna,
mi amanecer, mi estrella y mi fortuna…
mi corazón es puerto donde anclarte.

Melilla de color y fantasía,
herida hasta la entraña de luz alta,
ramillete de azul en lozanía.

Fina blonda de espuma, que resalta
al contraluz del sol. ¡Melilla mía!,
el alma al contemplarte se me exalta.

II

Conjunción de culturas en tu historia,
Melilla: la fenicia y la romana,
árabe, visigoda y castellana:
española por bandera y por gloria.

De sus huellas… tú guardas la memoria
que dejaran, pues brota –soberana-
por cada poro de tu tierra arcana,
la fuente que dejó su trayectoria.

Y, es que en cada rincón de Rusadir
el limo de los tiempos se asentó,
quedándose fundido en un latir.

Y de esa cópula, “Ella” se nutrió,
comenzando de su entraña a surgir
lo que cada cultura le ofreció.

III

Tu pasado y presente es gran tesoro,
refulges como piedra diamantina;
y el corazón lo dejo en cada esquina
enredado en algún reducto moro.

Y mientras más te miro… más te adoro,
tu imagen llevo impresa en mi retina:
el Zoco, la Mezquita y la Medina
y, hasta tu inconfundible río de Oro.

Inamovible y todopoderoso
el Gurugú vigila, cual lucero,
desde su inmensa altura de coloso;

que no hay muralla, roca ni sendero
por el que no derrame, silencioso,
su protectora sombra de guerrero.

IV

De norte a sur, del monte a la ribera,
de la "Ciudad Moderna" al "Pueblo Viejo",
toda tu geografía es fiel reflejo
de que en ti se respira primavera.

Región del Rif: minera y marinera,
de gaviota y pinar, flor y vencejo;
es tu Mediterráneo, claro espejo
donde riela la plata en torrentera.

Blanca de cal, rubores de amapolas
tiñendo de arrebol el firmamento,
al desangrarse el sol tras de las lomas.

…Ya el aire se emborracha con tu aliento
aromado de ámbar y caracolas,
en conjunción de santo sacramento.

V

Melilla de azahar y yerbabuena,
alzando estoy mi voz a tu hermosura
de palmera, extendida hacia la altura,
desatándose al viento su melena.

Melilla, la cristiana y la agarena,
esplendiendo aún más, en noche oscura,
al ceñirte la luna tu figura
de gacela de miel, suave y morena.

Bella estampa de timón y veleta,
como un faro constante hacia la mar,
recortando en el cielo tu silueta.

En tus costas quisiera naufragar…
pues de mi alma, sencilla, de poeta
se me escapa un suspiro y un cantar.

VI

…Un cantar, un suspiro y un te quiero,
porque en mi ser te llevo noche y día
y te digo desde mi Andalucía,
todo lo que a tu tierra yo venero.

Y aunque de ti esté lejos, pronto espero
regresar a tu rancia morería,
y te envío con esta poesía
mi amor envuelto en brisas de romero.

Desde esta orilla mía, hasta tu orilla,
en abrazo plural, ciudad hermana,
une la mar la sal de tu Melilla

con la gracia, sin par, Malacitana;
y al fundirse las dos, más pura brilla
la estrella azul que enciende la mañana.


Carmen Aguirre

Accésit, en el XIX Certamen de Poesía:
“Ánfora de plata”
Casa de Melilla en Málaga
2 de diciembre 2000

Publicado en Mosaico Literario VI

1 comentario:

Anónimo dijo...

La foto que acompaña al poema es de Melilla la vieja. . . Me ha traido recuerdos de adolescencia tu poema.
gracias mi faraona