Como las mariposas van y vienen
de flor en flor, buscando la hermosura;
así tus manos, llenas de ternura,
acarician mi cuerpo y lo retienen.
Con cuánto amor, tus manos se detienen
en el pliegue que forma mi cintura;
después de dibujar la curvatura
del monte y las laderas que convienen.
Todo invita a besar. Todo es dulzura.
El corazón a ritmo trepidante
en amorosa danza de locura.
Ven y reposa en la cálida hondura
de la rosa que aguarda palpitante:
¡liba pronto la flor!, que ya es madura.
Carmen Aguirre
Publicado en Mosaico Literari0 II
Abril 1997
miércoles, 23 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario